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jueves, 23 de febrero de 2012

La necesidad de comprender lo fundamental que es el sexo



Los sexólogos  recomiendan que los jóvenes deben estar en guardia en cuanto a sus relaciones personales con pretendientes, en especial con aquellos que han tenido experiencias sexuales. Tales personas por lo general se hacen pasar por amigos sinceros y después de ganar la confianza de la persona, puede utilizar el llamado “amor” como una excusa para traspasar la barrera de la conducta apropiada. Al realizarlo, utiliza el argumento de la “prueba de amor”; con este tipo de declaraciones falsas, una persona inmadura emocionalmente es seducida con facilidad, hasta llegar a ser estimulada sexualmente y caer en una trampa, llegando a una conducta inmoral sin darse cuenta cómo sucedió. Incluso se han conocido jóvenes de principios 
correctos, que todo pensaron menos en ser algo inmoral, y han caído en esa trampa, por no conocer la intensidad de sus instintos sexuales.        
 En el noviazgo, los valores substanciales  de la energía sexual tienen sus canales de expresión en los besos, las caricias, el tacto de la unión de las manos, las miradas amorosas y las sonrisas cariñosas. Pero cuando los novios no tienen el valor o la voluntad de medir sus 
expresiones de afectos, cada vez que estén juntos llegarán más lejos. Y como quiera que ellos no están en el estado de “Alerta Percepción” y no existe en ellos un auténtico amor, encontrarán 
que el control de sus instintos es muy difícil. Y cuando estas cosas suceden y los novios se encuentran solos, es posible que vayan más allá del normal estado de noviazgo y lleguen hasta el acto sexual. Los jóvenes deben saber y comprender que el sexo es fundamentalmente un Gozo Divinal; el Creador lo hizo así para darle a la pareja perfecta, es decir, aquella que se complementa en todos los Niveles de Conciencia, como lo hemos explicado, un ágape místico, al cual tienen derecho los esposos dentro de la relación conyugal. Mas los novios, auque se complementen, no pueden utilizar la unión sexual, que debe guardarse únicamente  hasta el momento del matrimonio. Los jóvenes deben evitar las circunstancias que hacen posible que se conviertan en las víctimas de sus pasiones sexuales. 
Las investigaciones demuestran, que generalmente, después que una pareja de jóvenes se ha entregado al acto sexual fuera del matrimonio, su respeto mutuo nunca es tan fuerte ni su 
confianza tan profunda como antes. Esta pérdida de respeto puede incluso causar que terminen su relación. Pero aunque se casen, encontrarán que los placeres conyugales que habían esperado tanto, han perdido parte de su estado emotivo. Y más tarde, cuando como esposos, tal pareja exprese su afecto por medio del acto sexual, al que ahora tienen derecho, la mayoría recuerda con dolor la experiencia de la que ahora se avergüenzan. El acto sexual es definitivo para conseguir la felicidad o por el contrario laborar nuestra propia desgracia. El sexo es vaso santo, 
pongamos en él tan sólo un pensamiento puro. Y si de verdad queremos la felicidad matrimonial rechacemos el automatismo inconsciente sexual, porque éste es infrahumano. Novios: ¡Analizad 
esto...! Bien sabemos nosotros que el sexo es fundamentalmente gratificante; Dios jamás se avergonzó de crearlo y lo hizo así para darle al matrimonio el goce al cual tienen derecho los esposos y esposas dentro de la relación conyugal. Por lo tanto, los novios, aunque se quieran profundamente, no tienen el derecho a las expresiones amorosas que el código ético requiere que se guarden sagradamente hasta el instante del matrimonio. Pero cuando la pareja de novios no tiene el valor o el anhelo de limitar sus expresiones de afectos, cada vez que estén solos llegarán más lejos, y esas  manifestaciones, como es natural serán más progresivas, y el control de sus deseos será más difícil. Es indispensable que  los novios comprendan, que ciertas partes del cuerpo, aunque se encuentren lejos de la zona genital, cuando son acariciadas, 
despiertan reflejos que aumentan el deseo de posesión sexual; una de estas áreas son los labios. Por eso los besos prolongados aumentan los deseos sexuales. Las caricias de los senos, de los muslos, etc., son particularmente potentes en este sentido; cuando una pareja de jóvenes practica este tipo de conducta,
empieza a perder control. Y por último, el deseo de practicar la sexualidad alcanza un nivel que impide el juicio correcto y anula determinaciones previas de ser cautelosos. Por lo general esta pareja va más allá de lo que su moral aprueba y llegan hasta la práctica sexual. 
 Los sexólogos recomiendan a las parejas de novios, que eviten las circunstancias que les permiten convertirse en las víctimas de sus deseos sexuales. Para ello deben, ante todo, evitar estar mucho tiempo solo y no permitirse expresiones afectivas que estimulen los instintos sexuales. Una vez realizada la práctica sexual prematrimonial, a menudo los jóvenes o señoritas se sienten avergonzados, y a pesar que por medio del racionalismo acepten su conducta, porque se sienten sinceros y pronto se van a casar, enfatizamos su respeto mutuo nunca es tan fuerte ni su confianza tan profunda como antes. Las relaciones llegan a concluir por la pérdida de respeto, y aunque contraigan el enlace matrimonial, experimentaránque los placeres conyugales que habían esperado tanto llegaron a perder gran atractivo. Y más tarde como esposo y esposa llegan a expresar su cariño por medio del acto sexual (al que ahora tienen derecho) probablemente recordarán con dolor la experiencia del sexo prematrimonial.

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